Ven Espíritu Santo, inflama nuestros corazones
en las ansias redentoras del Corazón de Cristo
para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras
en unión con Él por la redención del mundo
Señor mío y Dios mío Jesucristo.
Por el Corazón Inmaculado de María, me consagro a tu Corazón
y me ofrezco contigo al Padre en tu Santo Sacrificio del altar.
Con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías del día hoy
en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino.
Te pido en especial
por el Papa y sus intenciones,
por nuestro Obispo y sus intenciones,
por nuestro Párroco y sus intenciones,
por la Congregación Mariana y sus necesidades.
A LA VIRGEN
¡Oh Señora mía, oh Madre mía!,
yo me ofrezco del todo a Ti,
y en prueba de mi filial afecto,
te consagro en este día
mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón,
en una palabra, todo mi ser,
ya que soy todo tuyo,
¡oh Madre de bondad!,
guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya.
Amén.