Publicado por congregacion
Resumen del tema:
Este texto profundiza en el papel de María como Madre en la vida de Jesús y su lugar en la economía de la salvación, destacando tres momentos clave del Evangelio que revelan su maternidad espiritual y mediadora:
Una mujer alaba a María por haber sido madre de Jesús, pero Él responde destacando que son más bien bienaventurados los que oyen y cumplen la Palabra de Dios.
Jesús redefine la maternidad, no como vínculo de sangre, sino como respuesta a la voluntad divina.
Esta nueva maternidad no excluye a María, sino que ella es la primera y más perfecta discípula, la que escuchó, creyó y cumplió la Palabra desde la Anunciación.
En las bodas de Caná, María intercede cuando falta vino. Aunque Jesús responde inicialmente que “no ha llegado su hora”, realiza su primer milagro.
María actúa como intercesora y mediadora, consciente de su rol materno.
Sus palabras «Haced lo que él os diga» resumen su función: guiar a los hombres hacia la obediencia a Cristo.
El episodio revela la maternidad espiritual de María, atenta a las necesidades humanas y vinculada al poder salvífico de Jesús.
En el Calvario, Jesús entrega a María como madre del discípulo amado (símbolo de toda la humanidad) y viceversa.
Con estas palabras: «Mujer, ahí tienes a tu hijo… Ahí tienes a tu madre», se instituye solemnemente la maternidad espiritual de María.
Esta maternidad se consuma en el momento más alto del amor redentor: la cruz.
María se convierte en Madre de la Iglesia y de todos los fieles, cooperando con su fe y amor en la redención.
María no reemplaza la mediación única de Cristo, sino que la ilumina y colabora con ella como Madre en el orden de la gracia.
Su maternidad espiritual perdura en la historia de la Iglesia, especialmente en Pentecostés, cuando ora con los apóstoles esperando el Espíritu Santo.
Está presente tanto en la Encarnación como en el nacimiento de la Iglesia, mostrando un continuo servicio maternal en la historia de la salvación.