La consolación sin causa

Publicado por congregacion

NOTA: Con este tema, terminamos las Reglas de Discernimiento de Segunda semana. Es un tema un “pelín” más complicado que los otros, por lo que, probablemente, requerirá una lectura más atenta y sosegada, e incluso más de una lectura. Pero creo que merece la pena el esfuerzo para poder entender mejor la “pericia espiritual” de san Ignacio a la hora de explicar la acción de Dios en el corazón de los creyentes. Nos puede ayudar, en vez de las preguntas, seguir compartiendo cómo vamos viviendo esta experiencia de plenitud en el amor y en la libertad interior, dos regalos que Dios hace al que le sigue “con grande ánimo y liberalidad”. ¡Mucho ánimo!

Resumen del tema:

El texto expone el origen y la profundidad del discernimiento ignaciano, especialmente en torno al concepto de “consolación sin causa precedente”, que para san Ignacio de Loyola es el núcleo de la experiencia espiritual auténtica y de la libertad cristiana. Frente a la tradición monástica que centraba el discernimiento en distinguir entre bien y mal, Ignacio da un paso más y pone el acento en la acción inmediata de Dios en el alma, que se manifiesta como una moción interior intensa y sin causa previa, ajena a cualquier estímulo sensible o racional. Esta experiencia —propia solo de Dios— ilumina con evidencia la voluntad divina y mueve al hombre a un amor libre, responsable y plenamente disponible.

San Ignacio ve en esta consolación un signo claro de la presencia divina que no puede ser simulada por el enemigo. Sin embargo, advierte del peligro que conlleva el tiempo posterior a esta experiencia: los sentimientos y propósitos que surgen después pueden no venir de Dios, por lo que deben ser cuidadosamente examinados. A través de esta experiencia espiritual inmediata —que unifica libertad y amor—, el hombre descubre su vocación más profunda y aprende a discernir entre lo que es realmente de Dios y lo que sólo lo parece. Esta consolación se convierte en brújula de vida espiritual, camino de certeza interior y fundamento del amor y de la auténtica libertad.